M e acompañó largamente la imagen de sus pasos inseguros en las habitaciones de esa casa que yo nunca conocí. Siguiendo los pasos seguros de otro hombre, su padre y sus silencios, historias de hospital a la hora de la cena, callando él, al bullicio de sus hermanos. E n el patio era rey, el naranja de las mandarinas robadas a la vecina, al sol, desde el paredón, en silencio risueño, silencio pero audaz. E n la casa silenciosa, escuchaba la música en compases, comprimida entre tareas, -a través de las cortinas los hermanos afuera, gritando ¡guerra!- ; “¿qué instrumento es el que suena?” “¿quién canta ahora?” “¡decime si es adagio!”, él siempre interrogado por el hombre, por su padre, y sus silencios. Él siempre respondiendo. P ero en su cuarto pequeño, al cepillarse, al cumplir y terminar, ahí abría sus alas, la imagen de su propia música sonando en el espejo, bailando para nadie, soñar y saltar, más allá. D ónde habrá ido el niño, todo viento y sonrisa tímida, sus sueños en las
Nighttime here, and so I take your words and beautiful images with me, as I go to bed, wondering what lies hidden between those lines.
ResponderBorrarThank you,
Lilli
You are welcome...
BorrarBellas fotos.
ResponderBorrarReconozco que me dan nostalgia...
Gracias... sí. Nostalgia. Eso.
BorrarHola Julie extraño tus fotos, tus poemas, tu historia, que me han inspirado muchas veces. Como te encuentras,?
ResponderBorrarun abrazo desde Colombia.
Muchas gracias. Estoy bien, transicionando mucho.
BorrarAhora estoy más volcada a lo poético, casi sin querer.
Ya postearé de nuevo, pronto! Gracias por estar y comunicarte.